ANTEQUERA, María Florencia Comp. (2023). Periódico El Mocoví. 1a. edición facsimilar. Mendoza, Argentina: Universidad Nacional de Cuyo. Facultad de Filosofía y Letras. 146 págs.
Dirección URL del libro: https://bdigital.uncu.edu.ar /19794
Intentar cualquier abordaje sobre la literatura, la cultura, las sociedades o la política en las localidades medias y pequeñas del país significa, muchas veces, enfrentarse a un trabajo de recolección de migajas. Hojas sueltas que fueron publicaciones periódicas, biografías de las cuales quedan con suerte un nombre y unas pocas fechas, documentos conservados a duras penas: los escasos frutos que sobrevivieron a la dispersión y a la falta de voluntades para la conservación, cuando no también a la persecución política y la censura. Las ya conocidas y precarias condiciones de nuestros archivos, amenazados por la desidia y sus consecuencias. Frente a ellas resisten las instituciones dedicadas al resguardo de estos documentos. Diversos organismos públicos, centros de investigación, universidades y editoriales que han encontrado diferentes estrategias técnicas para permitir el acceso público a esa memoria material muchas veces inhallable, si bien en general se trata de instituciones que se ubican y mayormente se ocupan de aquello que se ha producido en Buenos Aires.
Para el caso de las publicaciones periódicas, se trata de portales como aquellos pertenecientes a Archivos, Museos o Bibliotecas públicas, como por ejemplo la Hemeroteca Digital “Fray Francisco de Paula Castañeda” del Archivo de la Provincia de Santa Fe; o de iniciativas específicas como el Archivo Histórico de Revistas Argentinas del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”; el América Lee del Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas o, en la provincia de Santa Fe, el archivo de la prensa villense llevado adelante por la revista Historia Regional de la Sección Historia del Instituto Superior de Profesorado “Eduardo Lafferière” de Villa Constitución.
Otra estrategia para la puesta en circulación de estos documentos fue la publicación en libros cuyas ediciones digitales suelen ofrecerse en acceso gratuito, como aquella de La voz de la mujer publicada por la Universidad Nacional de Quilmes, o la colección de facsimilares en la serie Reediciones & Antologías de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
A estas iniciativas, y en línea con las producciones de libros digitales en acceso abierto, se suma ahora la Universidad Nacional de Cuyo, en su colección Horizontes de archivo, que se inaugura con la publicación facsimilar de El Mocoví (1908-1909), periódico fundado y dirigido por Alcides Greca (1889-1956) en San Javier, localidad del oeste de la Provincia de Santa Fe, en Argentina.
Una iniciativa que destaca porque, si bien en los últimos años puede observarse una tendencia opuesta, materializada en la construcción de los archivos de aquello que mal se llama “el interior” del país, todavía son contados los proyectos intelectuales, y más aún los proyectos editoriales, que trabajan con publicaciones periódicas cuya existencia ocurrió fuera de las grandes capitales.
Y si toda construcción de un archivo, más allá del formato en el que este se sostenga, responde a un trabajo autoral e intelectual que lo compone, en este caso ese rol tiene la firma de María Florencia Antequera, quien compila el volumen y escribe el estudio preliminar.
Esta es la primera publicación de lo que promete ser una serie editorial fundamental tanto para el trabajo historiográfico como para el público en general, ya que le da inicio a un proyecto de mayor ambición, aquél de construir el archivo Alcides Greca, a cuya vida y obra Antequera dedicó una importante serie de artículos.
La edición de la Universidad Nacional de Cuyo publica la existencia completa de la primera iniciativa periodística de Greca en dos versiones: primero en una transcripción de todos sus textos, adecuando la grafía y ortografía al uso actual; luego con los facsimilares del periódico, cuyos originales se encontraban en posesión de la familia de quien fuera su director.
Se trata de un periódico de corta existencia, con doce números publicados a cuatro páginas cada uno, dos de ellas destinadas íntegramente a publicidades. Textos breves de naturaleza y géneros variados, movilizados por las plumas de jóvenes con pretensiones intelectuales en un pueblo de provincia.
Personaje multifacético de la historia argentina, Greca fue escritor, periodista y político del partido radical. Entre el Centenario y el golpe de Uriburu ejerció los roles de diputado provincial, senador provincial, convencional constituyente y diputado nacional. En la memoria cultural del país su nombre ha quedado unido al único film que escribió y dirigió, El último malón, de 1918.
La experticia de Antequera aparece en el comentario preliminar y permite ubicar las coordenadas de ese documento que configura El Mocoví en el “archivo Greca”, que comienza a montarse y a desplegar su sintaxis, sus claves de ingreso y sus líneas de fuga.
Este periódico es la primera pieza de una trayectoria periodística que más tarde continuaría fuera de San Javier, por ejemplo, con la fundación de La Palabra (1918) en la ciudad de Santa Fe, iniciativa a la que luego se sumaría el periodista Salvador Caputto, por un tiempo vinculado al anarquismo, y que puede leerse como antecesora del todavía existente diario El Litoral.
Antequera afirma que la prensa fue para Greca un laboratorio de exploraciones discursivas. Publicar El Mocoví le permitió a Greca, en un mismo acto, enarbolar una discursividad de denuncia social –para los estándares de la época, muy medida y cuidada– a la vez que legitimar la propia voz del denunciante, al menos en términos literarios. Aquí, para Antequera, aparece la idea de la “escritura como arma”, la escritura como instrumento de intervención en el medio social, idea cara a toda literatura política, pero especialmente productiva entre el siglo diecinueve y las primeras décadas del veinte.
A diferencia de lo que ocurrirá con sus iniciativas periodísticas posteriores, Antequera remarca que Greca concibe El Mocoví anclado en la vida social de San Javier, en tanto se publican allí no sólo las denuncias propias del género, sino también informaciones relevantes para la propia comunidad: noticias de casamientos, mensajes alusivos que se dirigían los vecinos entre sí, la solicitud de diversas obras para la ciudad, entre otras.
Esta impronta doméstica no contradice el hecho de que el periódico sanjavierino se defina, en su número quinto, como “paladín en la lucha por los intereses del pueblo”. Así, esta iniciativa periodística saluda al pueblo en el que se inserta, pero también, como ocurrió en general en la prensa, se ubica por sobre él, en tanto elige como sus destinatarios a “esos pobres de espíritu” para convertirse en su “pan espiritual”, adoptando el rol de un “Cristo” que declama su “Sermón de la montaña”.
La necesidad de una puesta en contexto más amplia de la iniciativa de Greca, en diálogo con indagaciones sobre las características de otras publicaciones periódicas de la época, permitirá sin dudas sopesar en qué medida aquello que se afirma para el caso de El Mocoví puede afirmarse también para muchas otras iniciativas similares en el mismo período.
Al momento, las hipótesis interpretativas que Antequera recoge encuentran sus límites en lo que se entiende como la singularidad de esta iniciativa periodística y la trayectoria de su factotum. Quizás, en un futuro cercano, la posibilidad de acceso a una pluralidad de archivos públicos de las memorias políticas y culturales -agenda coral todavía en construcción- permita la aparición de constelaciones discursivas, políticas, estéticas y redes de actores, que hasta el momento sólo pueden inferirse. La publicación de este volumen por parte de la Universidad Nacional de Cuyo es, sin dudas, un paso más hacia la realización de esa agenda.
Federico Ternavasio
Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales del Litoral (Universidad Nacional del Litoral - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).