Crisis y resiliencia en la región Tijuana-San Diego: un análisis de la gobernanza humanitaria en la frontera México-Estados Unidos

 

José María Ramos García (*)

Jimmy Emmanuel Ramos Valencia (**)

 

 

Resumen

 

El presente artículo examina los retos y oportunidades para la gobernanza humanitaria en la región fronteriza Cali-Baja, con un enfoque particular en la dinámica migratoria que afecta principalmente a Tijuana, pero con implicaciones regionales hacia San Diego. Basado en un grupo de discusión titulado “Visión, retos y propuestas para la región fronteriza Cali-Baja”, celebrado el 22 de noviembre de 2023, el estudio reúne las perspectivas de expertos sobre los desafíos y soluciones posibles en esta zona. La región experimenta una movilidad humana sin precedentes, influenciada por políticas recientes de la administración del Presidente Joe Biden, como los visados humanitarios y el Estatus de Protección Temporal para los venezolanos, en marcado contraste con la administración anterior. El análisis subraya la necesidad de una coordinación eficaz entre los diversos actores para gestionar la movilidad humana irregular, aunque enfrenta obstáculos de coherencia y eficacia en la comunicación y colaboración, lo que resulta en respuestas humanitarias fragmentadas. Entre los retos se destacan la limitada capacidad de acogida y la protección de derechos humanos, áreas que requieren mayor cooperación entre organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. La ausencia de un liderazgo claro y de una agenda de derechos compartida entre los actores ha derivado en enfoques divergentes.

 

Palabras clave: Gobernanza humanitaria; Movilidad migratoria; Frontera Cali-Baja; Políticas migratorias; Coordinación multilateral.

 

 

 

Crisis and resilence in the Tijuana-San Diego region: an analysis of humanitarian governance on the Mexico-United States border

 

 

 

Abstract

 

This article examines the challenges and opportunities for humanitarian governance in the Cali-Baja border region, with a particular focus on migratory dynamics primarily impacting Tijuana while also having broader regional implications toward San Diego. Drawing from a focus group titled 'Vision, Challenges, and Proposals for the Cali-Baja Border Region,' held on November 22, 2023, this study synthesizes expert perspectives on regional dynamics, challenges, and potential solutions. The region is experiencing unprecedented human mobility, influenced by recent policies from President Joe Biden's administration, including humanitarian visas and Temporary Protected Status for Venezuelans, marking a clear contrast with the previous administration. This analysis underscores the need for effective coordination among various actors to manage irregular human mobility. However, challenges persist regarding the consistency and efficacy of communication and collaboration, leading to fragmented humanitarian responses. Key issues include limited reception capacity and the protection of human rights, necessitating enhanced cooperation between governmental and non-governmental organizations. The absence of clear leadership and a shared rights agenda among actors has resulted in divergent approaches.

 

Key Words: Humanitarian governance; Migratory mobility; Cali-Baja border; Migration policies; Multilateral coordination.

 

 


Crisis y resiliencia en la región Tijuana-San Diego: un análisis de la gobernanza humanitaria en la frontera México-Estados Unidos

 

 

 

Introducción[1]

 

El objetivo de este artículo es analizar el papel de la gobernanza humanitaria en el contexto de la creciente movilidad humana en la frontera entre México y Estados Unidos durante el periodo 2021-2023. Esta región fronteriza, objeto de estudio, se caracteriza por su complejidad en términos de movilidad humana, la cual implica diversas implicaciones sociales, económicas y culturales, así como situaciones de violencia que resultan en múltiples vulnerabilidades (Solano & Massey, 2022, p. 150). Desde una perspectiva sociológica, que examina las interacciones sociales y las estructuras subyacentes (Sassen, 2007, p. 12), se proporciona un marco analítico para comprender y abordar los fenómenos sociales relacionados con la migración en esta zona (Massey et al., 2000, pp. 436-438).

La dinámica migratoria en la frontera entre Estados Unidos y México se distingue por aspectos tanto positivos como negativos (Solano & Massey, 2022, p. 150). Este estudio se enfoca en los retos específicos de la movilidad humana en la región fronteriza de Tijuana, BC, México, y San Diego, CA, Estados Unidos. Este punto de cruce, conocido por su elevado número de aprehensiones por parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (USCBP), es fundamental para entender la dinámica migratoria en la región (USCBP, 14 de noviembre de 2023).

La migración irregular a menudo expone a las personas a riesgos y vulnerabilidades significativos (Pincock, Betts & Easton-Calabria, 2021, pp. 723-725). En este contexto, la gobernanza humanitaria desempeña un papel crucial, enfocándose en la protección de los derechos humanos, proporcionando condiciones de acogida adecuadas, acceso a servicios básicos, y asegurando que las políticas migratorias se alineen con los principios internacionales de derechos humanos (Betts et al., 2017, pp. 37-38).

La gobernanza humanitaria ofrece un marco para abordar la movilidad humana de manera efectiva, subrayando la importancia de la coordinación y la colaboración entre entidades gubernamentales, no gubernamentales y de la sociedad civil para gestionar integralmente las cuestiones humanitarias (Betts, 2011). Este enfoque se centra en la asistencia humanitaria, la protección de poblaciones vulnerables y la coordinación de esfuerzos para mitigar los impactos de las emergencias humanitarias relacionadas con la movilidad humana, basándose en principios como la humanidad, la imparcialidad, la neutralidad y la universalidad (Betts et al., 2017).

En el panorama migratorio global contemporáneo, la frontera entre Estados Unidos y México se destaca como un epicentro crítico de desafíos y oportunidades en la gestión de la movilidad humana. Este estudio utiliza la gobernanza humanitaria como prisma para analizar y entender la compleja dinámica de la migración en este contexto único. A medida que las narrativas globales sobre migración se entrelazan con realidades locales específicas, la región fronteriza entre Tijuana, México y San Diego, Estados Unidos, ofrece un escenario único para explorar cómo las políticas migratorias, las prácticas humanitarias y los imperativos de derechos humanos interactúan en un espacio caracterizado por desafíos y oportunidades. Este documento propone una revisión crítica de la gobernanza humanitaria en acción, evaluando su eficacia y eficiencia en la gestión de la mayor movilidad humana en la historia de América del Norte, con un énfasis especial en los enfoques multidimensionales que abarcan derechos, vulnerabilidad, seguridad y colaboración entre múltiples partes interesadas.

En los últimos años, la región fronteriza entre México y Estados Unidos ha visto un incremento significativo en los flujos migratorios debido a una serie de factores socioeconómicos y políticos que actúan como causas expulsoras en los países de origen de los migrantes. La violencia y la inseguridad, especialmente en Centroamérica y algunos países de Sudamérica, son factores determinantes que obligan a miles de personas a abandonar sus hogares. Las pandillas, el narcotráfico y la corrupción institucionalizada generan un ambiente de constante peligro que fuerza a las familias a buscar refugio y seguridad en otros lugares, particularmente en los Estados Unidos (Solano & Massey, 2022).

Además de la violencia, las condiciones económicas adversas en muchos de estos países también actúan como poderosos motores de migración. La falta de empleo, los salarios bajos y la ausencia de oportunidades de desarrollo profesional impulsan a los individuos a emigrar en busca de mejores condiciones de vida. Las crisis económicas, exacerbadas por la pandemia de COVID-19, han intensificado la pobreza y la desigualdad, lo que ha aumentado la presión migratoria. Los migrantes, en su mayoría, buscan no solo seguridad física, sino también la posibilidad de mejorar su calidad de vida y la de sus familias (Pincock, Betts & Easton-Calabria, 2021, pp. 723-725).

Por último, los desastres naturales y el cambio climático también juegan un papel significativo en la migración. Eventos como huracanes, sequías y otros fenómenos climáticos extremos han devastado comunidades enteras, destruyendo viviendas y medios de subsistencia. Estas condiciones ambientales extremas, combinadas con la falta de infraestructura adecuada y la incapacidad de los gobiernos para responder eficazmente a estos desastres, fuerzan a las personas a migrar. Estos factores climáticos, junto con los problemas socioeconómicos y de seguridad, crean un contexto complejo que impulsa a las personas a buscar nuevas oportunidades y condiciones de vida más seguras en otros países (Betts et al., 2017: 86-89).

 

Gobernanza humanitaria y seguridad fronteriza: el equilibrio en la región Tijuana-San Diego

 

En el umbral del siglo XXI, la frontera entre Estados Unidos y México se ha convertido en un poderoso símbolo y una realidad tangible de los retos y la dinámica de la migración moderna. Este trabajo académico se adentra en el corazón de esta región, un escenario donde se entrecruzan historias humanas, políticas migratorias y esfuerzos humanitarios para explorar el concepto y la aplicación de la gobernanza humanitaria en el contexto de la movilidad migratoria. Durante los últimos años, en particular de 2021 a 2023, esta zona fronteriza no solo ha sido testigo de un flujo migratorio sin precedentes, sino que también se ha convertido en un laboratorio viviente para examinar cómo se gestionan y afrontan estos fenómenos migratorios desde una perspectiva humanitaria.

La migración a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México representa un fenómeno polifacético, influido por una confluencia de factores económicos, políticos y sociales (Bustamante, 1972, pp. 708 -709). Este estudio examina cómo las políticas migratorias, la seguridad fronteriza y la dinámica comunitaria a ambos lados de la frontera definen la experiencia migratoria y presentan retos significativos para la promoción de una gestión eficaz y una gobernanza adecuada en regiones complejas como la frontera entre Estados Unidos y México (Solano & Massey, 2022, p. 155).

La interacción entre la gobernanza humanitaria y el contexto social fronterizo se manifiesta en los retos que plantea la gestión de la dinámica social de la migración, incluida la gestión de las desigualdades estructurales, la diversidad de identidades (Sassen, 2007, p. 24) y la viabilidad de las respuestas humanitarias (Massey et al., 2000). A menudo, las políticas migratorias se centran más en la seguridad que en la protección de los derechos humanos, lo que genera tensiones en la aplicación de los enfoques humanitarios (Massey et al., 2000). La frontera entre Tijuana y San Diego ha sido escenario de una creciente preocupación por la seguridad fronteriza, impulsada por diversas dinámicas como la migración y el narcotráfico, así como por otros retos humanitarios. Este contexto plantea interrogantes sobre la viabilidad de promover un enfoque de gobernanza humanitaria en un escenario marcado por el control fronterizo y la creciente movilidad humana (Gil-Everaert, Masferrer & Chávez, 2023, pp. 133-134).

Aunque la frontera entre Tijuana y San Diego no se enfrenta a una situación tan crítica como las fronteras de Texas, donde la polarización es más evidente (Solano y Massey, 2022, p. 162), la aplicación de políticas de seguridad más estrictas puede obstaculizar los esfuerzos humanitarios, dificultando el acceso de las organizaciones humanitarias a las poblaciones vulnerables (Kainz y Betts, 2021, p. 73). Además, en ocasiones, las políticas de seguridad pueden prevalecer sobre los principios humanitarios, creando tensiones y obstáculos para la prestación eficaz de la ayuda (Garrett, 2023, p. 239). Sin embargo, la seguridad fronteriza no debe ser necesariamente incompatible con un enfoque humanitario (Betts, 2011), lo que sugiere la posibilidad de gestionar alternativas que equilibren las preocupaciones de seguridad nacional con soluciones humanitarias (Departamento de Estado, 3 de agosto de 2023).

La gobernanza humanitaria ofrece un marco para gestionar los retos de la movilidad humana de forma más eficaz, tratando de reducir las tensiones mediante la cooperación internacional, un enfoque basado en los derechos y la consideración de soluciones sostenibles (Pincock, Betts y Easton-Calabria, 2021, p. 723). La aplicación de un enfoque de gobernanza humanitaria, que logre un equilibrio entre la seguridad y la humanidad, podría ser no solo factible, sino también indispensable para abordar los complejos problemas de la frontera entre Tijuana y San Diego.

            El reto central de la gobernanza humanitaria reside en su capacidad para gestionar diversas dimensiones, actores y demandas sociales (Geddes et al., 2019), especialmente cuando existen diferencias en las prioridades de los actores. Gestionar una agenda con diversos intereses o prioridades se vuelve complejo, pero es crucial para reducir las vulnerabilidades de los migrantes en el proceso migratorio de origen, tránsito, destino y retorno.

            Las capacidades inherentes a la gobernanza humanitaria están intrínsecamente ligadas a las aportaciones de la gestión estratégica (Moore, 2011). Entre los aspectos más relevantes se encuentran:

 

·                    Coordinación entre agencias: una gestión eficaz de las fronteras implica facilitar la coordinación entre una serie de agencias y organizaciones, tanto a nivel nacional como local, implicadas en la respuesta a las necesidades humanitarias. Un reto clave es cómo conciliar las distintas prioridades de estos actores a diferentes niveles.

·                    Planificación integral: es necesaria una planificación que integre elementos como la seguridad, la sanidad, la ayuda humanitaria y el desarrollo. Un reto considerable es planificar con una visión a largo plazo frente a las necesidades humanitarias inmediatas a corto plazo (Ambrosini, 2022, pp. 9-10).

·                    Gestión de los recursos: la asignación eficaz de los recursos es crucial para hacer frente a los retos humanitarios en la frontera. Esta gestión es esencial para garantizar el uso eficaz de los recursos financieros, logísticos y humanos, asegurando que lleguen a quienes más los necesitan.

 

La colaboración entre los diversos actores, incluidos los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y los organismos internacionales, es crucial pero difícil, especialmente en lo que respecta a los grupos vulnerables (Kainz & Betts, 2021, p. 70). Una coordinación eficaz es fundamental para garantizar que las personas desplazadas sean tratadas con dignidad y respeto, independientemente de su situación migratoria (Kainz & Betts, 2021, pp. 71-72). Esta coordinación implica la gestión de una agenda multidimensional que abarca derechos, movilidad, vulnerabilidad y normatividad. Surge entonces la pregunta de quién debe asumir la coordinación y liderazgo de este proceso: si deben ser los gobiernos locales, estatales o federales, la(s) organización(es) de la sociedad civil, las organizaciones internacionales o las agencias federales en México o Estados Unidos, y si cuentan con las capacidades necesarias para gestionar una agenda humanitaria multidimensional que reduzca efectivamente las vulnerabilidades de las comunidades migrantes.

En la región fronteriza entre Tijuana y San Diego, la gobernanza humanitaria se enfrenta a importantes retos en la coordinación de los actores y la protección de los derechos humanos. A pesar de los esfuerzos por integrar aspectos de seguridad y humanidad, la gestión de la migración en esta zona se ve obstaculizada por la falta de coherencia y de comunicación eficaz entre los organismos gubernamentales, las ONG y las organizaciones internacionales. Esto ha dado lugar a respuestas humanitarias fragmentadas y a menudo ineficaces. La priorización de la seguridad sobre los derechos humanos ha creado tensiones, aunque se reconoce la posibilidad de equilibrar ambas preocupaciones.

La colaboración entre diferentes entidades es fundamental, pero la falta de un liderazgo claro y de una agenda de derechos compartida dificulta una coordinación eficaz. La gobernanza humanitaria debe abordar la diversidad de necesidades de los migrantes, desde la salud hasta la protección frente a la violencia y la explotación. Un enfoque más humano y sostenible requiere una sólida cooperación internacional y un firme compromiso con los derechos humanos.

Los retos en la frontera Tijuana-San Diego reflejan la crisis humanitaria en otras ciudades fronterizas del norte de México, como Nogales, Ciudad Juárez y Piedras Negras. En estas localidades se han registrado condiciones similares, exacerbadas por un elevado número de detenciones e importantes demandas sociales. Estas ciudades se han enfrentado a retos adicionales, como la vivienda, la alimentación, la salud y la violencia, lo que pone de relieve la necesidad de una gobernanza humanitaria eficaz y compasiva en toda la región fronteriza.

 

Grafico 1

Mapa de la frontera Suroeste de Estados Unidos con México

Disponible en Maps on the Web [https://mapsontheweb.zoom-maps.com/post/697194855587332096/map-of-southwestern-border-of-the-us-with-mexico].

 

Retos y respuestas en la gobernanza humanitaria de la frontera entre Estados Unidos y México

 

En los últimos tres años, las ciudades fronterizas del norte de México, como Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez y Piedras Negras, han experimentado una crisis humanitaria significativa. Esta situación, agravada por el alto número de migrantes detenidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (USCBP) en octubre de 2023, ha generado importantes implicaciones sociales. Estas incluyen demandas urgentes de vivienda, alimentación y servicios de salud, así como un aumento de vulnerabilidades, violencia, exclusión y trata de personas, entre otros efectos.[2]

En este escenario, la gobernanza humanitaria se enfrenta al reto de reducir la vulnerabilidad de las comunidades migrantes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. Los problemas asociados incluyen:

 

·                    Políticas migratorias restrictivas: estas políticas han incrementado el número de migrantes, incluidas familias y menores no acompañados, que recurren a rutas peligrosas y contrabandistas para cruzar la frontera, lo que aumenta su vulnerabilidad a la explotación y los riesgos de seguridad (Secretaría de Relaciones Exteriores, 22 de octubre de 2023).

·                    Violencia y seguridad: la violencia relacionada con el narcotráfico y el crimen organizado en la frontera México-Estados Unidos pone a las comunidades migrantes en situaciones de alto riesgo y explotación (Ramos & Barrachina, 2023: 57 y 58).

·                    Falta de acceso a servicios básicos: las comunidades migrantes a menudo se enfrentan a obstáculos para acceder a servicios esenciales, lo que aumenta su vulnerabilidad y afecta negativamente a su calidad de vida.

·                    Desafíos en la atención humanitaria: la prestación de ayuda humanitaria se ve obstaculizada por barreras logísticas, jurídicas y políticas, que dificultan la eficacia de la ayuda (Betts, 2008).

·                    Discriminación y estigmatización: las comunidades migrantes, en particular las de origen centroamericano y africano, sufren discriminación y estigmatización, lo que dificulta su integración y el acceso a servicios y oportunidades (Ministerio de Asuntos Exteriores, 21 de octubre de 2023).

·                    Flujos migratorios cambiantes: la variabilidad e imprevisibilidad de los flujos migratorios, incluida la migración africana y china, complica la planificación y aplicación de políticas y programas adecuados (USCBP, octubre de 2023).

·                    Cooperación binacional: la gestión de la migración y la respuesta humanitaria requieren una estrecha cooperación entre México y Estados Unidos, a menudo obstaculizada por retos políticos y diplomáticos[3] (Solano & Massey, 2022: 169-171).

·                    Presión sobre las organizaciones humanitarias: estas organizaciones se enfrentan a demandas para ayudar a un número cada vez mayor de migrantes y refugiados, que a menudo superan sus recursos y capacidades.[4]

 

Para hacer frente a estos retos, la gobernanza humanitaria debe promover la cooperación entre los agentes locales, fronterizos y transfronterizos, aplicar enfoques integrales a la gestión de la migración, reforzar los marcos jurídicos y políticos para proteger los derechos de los migrantes y fomentar la sensibilización y la inclusión social en las comunidades receptoras (Betts, 2008). Es esencial un enfoque holístico que aborde tanto las causas como los efectos de la migración, dando prioridad a la protección de los derechos humanos de las comunidades más vulnerables.

Para comprender plenamente el impacto del fenómeno migratorio en las ciudades fronterizas del norte de México, es esencial reflexionar sobre las implicaciones de estos retos humanitarios no solo como un desafío operativo, sino como un reflejo de fallas estructurales en la política migratoria y en la gobernanza regional. La situación en estas ciudades, que se ven abrumadas por flujos migratorios constantes, evidencia las tensiones inherentes a las políticas restrictivas que limitan el acceso a vías seguras de migración y asilo. Esta situación obliga a las personas migrantes a tomar rutas peligrosas, exponiéndolas a explotación, violencia y condiciones de extrema vulnerabilidad.

Desde una perspectiva crítica, es importante cuestionar hasta qué punto las respuestas humanitarias actuales son sostenibles y si realmente contribuyen a reducir las vulnerabilidades estructurales. Aunque los esfuerzos de gobernanza humanitaria intentan responder a las necesidades urgentes de los migrantes, la falta de una agenda común y de una colaboración efectiva entre actores nacionales y transnacionales sugiere una falta de coordinación que obstaculiza una respuesta integral. La ausencia de un liderazgo claro y de una infraestructura de acogida adecuada plantea dudas sobre la capacidad de la región para implementar soluciones duraderas.

Para gestionar estos retos, es esencial una sólida cooperación binacional entre México y Estados Unidos, así como una coordinación eficaz entre los actores locales, fronterizos y transfronterizos. La gobernanza humanitaria debe centrarse en enfoques integrales de la gestión de la migración, fortaleciendo los marcos jurídicos, protegiendo los derechos de los migrantes y promoviendo la sensibilización y la inclusión social en las comunidades receptoras. Este enfoque holístico, que aborda tanto las causas como los efectos de la migración y da prioridad a la protección de los derechos humanos de los más vulnerables, es fundamental para una respuesta eficaz.

Esta crisis humanitaria en las ciudades fronterizas está directamente relacionada con la dinámica migratoria más amplia a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. La importante movilidad humana observada durante la administración del Presidente Biden, con millones de encuentros con migrantes irregulares, refleja la complejidad y magnitud de la migración en esta región. El aumento de los migrantes no regionales y la necesidad de políticas eficaces para hacer frente a estos flujos migratorios son fundamentales para comprender la situación actual y futura de la frontera suroeste de Estados Unidos.

 

Tijuana y su rol estratégico en la dinámica migratoria fronteriza

 

La ubicación estratégica de Tijuana en la frontera entre México y Estados Unidos la convierte en un nodo migratorio crucial. Su proximidad a los Estados Unidos ofrece una puerta de entrada a mejores oportunidades económicas, lo que atrae a migrantes de varias partes de México y otros países. La economía de Tijuana, fuertemente influenciada por su industria maquiladora, proporciona oportunidades de empleo en fábricas que producen bienes para exportar a los Estados Unidos. Esta base industrial atrae a un número significativo de trabajadores que buscan mejores salarios y condiciones de vida en comparación con sus regiones de origen (Rocha Romero, Juárez Márquez, & Ramos Valencia, 2023, pp. 3-4). Además, el entorno social y cultural diverso de Tijuana, conformado por su posición única como ciudad fronteriza, contribuye aún más a su papel como un destino principal para los migrantes.

El flujo constante de personas hacia Tijuana también se debe a su reputación como una ciudad relativamente segura y acogedora para los migrantes. A diferencia de otras áreas fronterizas plagadas de mayores niveles de violencia e inseguridad, Tijuana es vista como un punto de entrada más estable para aquellos que buscan asilo o mejores condiciones de vida en los Estados Unidos. La infraestructura y los servicios de la ciudad, aunque tensos, están más desarrollados que en muchas otras partes de México, lo que la convierte en una opción atractiva para aquellos en su viaje migratorio. Los lazos económicos e históricos en curso entre Tijuana y California, reforzados por la presencia de numerosas bases militares estadounidenses y las actividades económicas que estas apoyan, aumentan aún más el atractivo de la ciudad como un centro de migración (Marchand & Ortega Ramírez, 2023, pp. 620 -621).

Las dinámicas económicas y sociales de Tijuana, incluyendo su papel en las redes de migración transnacional, la convierten en un punto focal para entender las tendencias migratorias más amplias. El desarrollo de la ciudad ha estado estrechamente vinculado a las oportunidades económicas en el sur de California, con muchos residentes que viajan diariamente a los Estados Unidos para trabajar. Esto ha creado una zona urbana binacional única donde las actividades económicas y sociales están profundamente entrelazadas a través de la frontera. Además, la capacidad de la ciudad para absorber un gran número de migrantes, a pesar de los desafíos significativos, resalta su importancia como un cruce crítico en las rutas migratorias a través de México (Barrachina Lisón, Ramos García & Ramos Valencia, 2023, pp. 144-148)​.

La relevancia de Tijuana como un nodo migratorio también se puede atribuir a su infraestructura bien desarrollada y a los servicios que ofrece a los migrantes. La ciudad cuenta con múltiples albergues, organizaciones no gubernamentales, y servicios de apoyo que brindan asistencia a los migrantes en tránsito. Estos recursos son vitales para aquellos que han recorrido largas distancias y se encuentran en situaciones vulnerables. Por ejemplo, la Casa del Migrante, una de las muchas organizaciones en Tijuana, proporciona refugio, alimentos, asistencia legal, y servicios médicos a miles de migrantes cada año (Rocha Romero, Juárez Márquez & Ramos Valencia, 2023, pp. 14-17). Este nivel de apoyo comunitario y organizacional no es tan fácilmente accesible en otras partes de la frontera, lo que hace de Tijuana un punto de atracción para los migrantes que buscan un entorno más seguro y recursos para continuar su viaje.

Además, Tijuana sirve como un punto de cruce principal debido a las políticas migratorias de Estados Unidos y México que a menudo dirigen a los migrantes hacia esta región. La implementación de políticas como los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP) y la aplicación del Título 42 durante la pandemia de COVID-19 han canalizado a un gran número de solicitantes de asilo y otros migrantes hacia Tijuana, donde deben esperar sus audiencias o resolución de casos. Estas políticas han creado una situación en la que la ciudad debe manejar una afluencia constante de migrantes que, por diversas razones, no pueden continuar hacia el norte de inmediato (Mariscal Nava & Torre Cantalapiedra, 2024, p. 190). Además, las relaciones binacionales y la cooperación en materia de seguridad y migración también influyen en la centralidad de Tijuana en los flujos migratorios, consolidando su papel como un nodo crítico en la frontera México-Estados Unidos.

Estos factores combinados —la infraestructura y los servicios de apoyo, las políticas migratorias, y las dinámicas económicas y sociales— subrayan la importancia de Tijuana como un nodo migratorio clave. La ciudad no solo facilita el tránsito de migrantes, sino que también ofrece una red de apoyo robusta que es esencial para su bienestar y seguridad. En este contexto, la gestión de la movilidad humana en Tijuana es fundamental para entender y abordar los desafíos más amplios de la migración en la región fronteriza entre México y Estados Unidos. Las experiencias y estrategias desarrolladas en Tijuana pueden proporcionar valiosas lecciones y modelos para otras ciudades fronterizas que enfrentan desafíos migratorios similares (Marchand & Ortega Ramírez, 2023, pp. 620-621)​.

La importancia de Tijuana como nodo migratorio también puede entenderse a través de las experiencias y las condiciones de vida de los migrantes en la ciudad. Galhardi (2022) discute cómo los deportados mexicanos encuentran significado y negocian su agencia en los albergues temporales masculinos en Tijuana, destacando las políticas emocionales y los estados de temporalidad permanente que caracterizan sus vidas. Este estudio subraya cómo los albergues en Tijuana no solo proporcionan refugio, sino que también se convierten en espacios de renegociación de identidades y agencias personales en medio de la incertidumbre. La capacidad de los migrantes para adaptarse y encontrar agencia en estos entornos refuerza el papel de Tijuana como un nodo crítico donde las dinámicas migratorias se viven y se experimentan de manera intensiva y emocionalmente cargada.

Además, la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve las condiciones de vulnerabilidad en las que se encuentran los migrantes en Tijuana. Bojórquez-Chapela et al. (2022) evalúan la seropositividad de SARS-CoV-2 y los impactos socioeconómicos de la pandemia entre los migrantes en albergues en Tijuana, revelando cómo la crisis sanitaria ha exacerbado las dificultades existentes. El acceso limitado a servicios básicos de salud y la exposición a riesgos de infección han sido desafíos significativos. Del mismo modo, Llanes-Díaz et al. (2023) destacan las barreras y facilitadores para el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva para los migrantes centroamericanos en Tijuana, enfatizando la necesidad de mejorar la infraestructura y los servicios disponibles para esta población vulnerable.

En términos de salud mental, los estudios de Bojórquez, Odgers-Ortiz y Olivas-Hernández (2021) y Rangel Gómez et al. (2023) ilustran las graves consecuencias psicológicas y sociales de la pandemia en los migrantes en albergues en Tijuana. La falta de acceso a atención psicológica adecuada durante el confinamiento por COVID-19 ha generado impactos negativos significativos en la salud mental de los migrantes. Además, las operaciones de seguimiento epidemiológico para casos sospechosos y confirmados de COVID-19 en los albergues han sido fundamentales para controlar la propagación del virus, pero también han puesto en evidencia las limitaciones y los desafíos que enfrenta la ciudad en términos de recursos y coordinación.

Estos estudios evidencian la multifacética realidad de Tijuana como nodo migratorio, donde los migrantes enfrentan una serie de desafíos socioeconómicos, sanitarios y emocionales. La ciudad no solo actúa como punto de tránsito, sino que también ofrece una red de apoyo vital que, aunque insuficiente, es crucial para la supervivencia y el bienestar de los migrantes. La investigación sobre Tijuana resalta la necesidad de enfoques integrales y coordinados que aborden tanto las necesidades inmediatas como las causas subyacentes de la migración, proporcionando así un modelo para la gestión de flujos migratorios en otras regiones fronterizas (Galhardi, 2022; Bojórquez-Chapela et al., 2022; Llanes-Díaz et al., 2023; Bojórquez, Odgers-Ortiz y Olivas-Hernández, 2021; Rangel Gómez et al., 2023).

En resumen, la importancia de Tijuana como un nodo migratorio se debe a una combinación de factores económicos, sociales y políticos. La presencia de una industria maquiladora robusta y la proximidad a la economía de los Estados Unidos ofrecen oportunidades laborales que atraen a migrantes de diversas partes de México y otros países. Además, la ciudad proporciona una red de apoyo vital a través de albergues y organizaciones no gubernamentales que ofrecen refugio, asistencia legal y servicios de salud, lo cual es crucial para la supervivencia y el bienestar de los migrantes. Estos recursos son esenciales para aquellos que han recorrido largas distancias y se encuentran en situaciones vulnerables, destacando la importancia de Tijuana en las rutas migratorias.

Además, las políticas migratorias de Estados Unidos y México han influido significativamente en la concentración de migrantes en Tijuana. La implementación de los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP) y la aplicación del Título 42 durante la pandemia de COVID-19 han obligado a un gran número de solicitantes de asilo a permanecer en la ciudad mientras esperan sus audiencias o la resolución de sus casos. Esta situación ha incrementado la presión sobre los recursos locales y ha subrayado la necesidad de una gestión eficaz de la movilidad humana en la región. Las experiencias y estrategias desarrolladas en Tijuana pueden proporcionar valiosas lecciones y modelos para otras ciudades fronterizas que enfrentan desafíos migratorios similares (Marchand & Ortega Ramírez, 2023).

Estos factores combinados subrayan la importancia de Tijuana como un nodo migratorio clave. La ciudad no solo facilita el tránsito de migrantes, sino que también ofrece una red de apoyo robusta que es esencial para su bienestar y seguridad. En este contexto, la gestión de la movilidad humana en Tijuana es fundamental para entender y abordar los desafíos más amplios de la migración en la región fronteriza entre México y Estados Unidos. Las experiencias y estrategias desarrolladas en Tijuana pueden proporcionar valiosas lecciones y modelos para otras ciudades fronterizas que enfrentan desafíos migratorios similares (Marchand & Ortega Ramírez, 2023).

 

El impacto de las políticas migratorias en la frontera Cali-Baja

 

La dinámica migratoria a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos se ha caracterizado por una importante movilidad humana. Durante la administración del presidente Biden, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (USCBP) registró 6.830.287 millones de encuentros con migrantes irregulares (USCBP, 14 de noviembre de 2023), de enero de 2021 a octubre de 2023. En el periodo comprendido entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, las autoridades de inmigración estadounidenses detuvieron a 2.378.444 migrantes (USCBP, 15 de septiembre de 2022). Para el año fiscal en curso, que va de octubre de 2022 a septiembre de 2023, se han registrado 2.475.669 encuentros en la frontera suroeste de EE. UU. (USCBP, 21 de octubre de 2023), lo que convierte al año fiscal 2023 en el segundo con mayor número de encuentros, solo superado por 2022.

Dentro de este flujo migratorio, destaca el incremento de migrantes no regionales provenientes de países como Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití, que representan 1.019.419 (49.83%) del total en el año fiscal 2023, superando a los migrantes provenientes de México (579.146, equivalente a 28.31%) y de los países del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), que suman 447.273 (21.86%) (USCBP, 21 de octubre de 2023). La mayoría de estos migrantes cruzan la frontera sur de México con destino a Estados Unidos (Solano & Massey, 2022: 160 - 165).

Para una visión general, la imagen de abajo es un informe visual de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), específicamente la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (USBP) y la Oficina de Operaciones de Campo (OFO), que presenta los datos sobre las aprehensiones, los volúmenes de inadmisibles y las expulsiones en virtud del Título 8 y el Título 42 para el año fiscal hasta la fecha (FYTD) 2024. Muestra un total de 188.778 encuentros del Título 8 para toda la USBP en el mes de octubre. La distribución de estos encuentros se detalla en un mapa del sector fronterizo terrestre del suroeste y en una lista correspondiente, con la mayoría de los encuentros ocurriendo en Tucson (55.224), seguido por Rio Grande Valley (32.107), y San Diego (29.904), con los números más bajos reportados en El Centro (2.049) y Laredo (2.827).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Grafico 2

Distribución de encuentros fronterizos según grupo de ciudadanía y características demográficas en la frontera suroeste para el año fiscal 2024

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Fuente: Southwest Land Border Encounters [https://www.cbp.gov/newsroom/stats/southwest-land-border-encounters]

 

El gráfico también incluye un desglose de los encuentros por grupos de ciudadanía. La categoría de ciudadanía "Otros" es la más numerosa, con 92.378 encuentros, seguida de cerca por los ciudadanos de México, con 49.002. También destacan Guatemala, Honduras y El Salvador, con 23.008, 18.048 y 6.345 encuentros respectivamente. Guatemala, Honduras y El Salvador también destacan con 23.008, 18.045 y 6.345 encuentros respectivamente. Esta información es crucial para identificar tendencias y patrones migratorios por nacionalidad, lo que puede influir en las decisiones políticas y operativas del CBP, como la asignación de recursos, la planificación de operativos de seguridad y la implementación de medidas de control migratorio más eficientes.

En la parte inferior del gráfico se presenta una comparación demográfica por grupos de ciudadanía. Los adultos solteros representan la mayoría con 93.650 encuentros, seguidos de las familias (FMUA) con 84.412, y los niños no acompañados/solteros (UC) con 10.716. Estas cifras proporcionan una imagen clara de la composición demográfica de las personas encontradas en la frontera, lo que puede tener implicaciones significativas para los recursos de procesamiento y alojamiento del CBP, así como para las políticas de inmigración y las estrategias de intervención humanitaria. La fuente de estos datos es el informe de fin de mes de la USBP y la OFO para el año fiscal hasta la fecha y la fecha límite para los datos es el 1 de noviembre de 2023.

En las últimas décadas, y particularmente en los últimos tres años bajo la administración del Presidente Joe Biden, la región fronteriza México-Estados Unidos ha enfrentado una crisis de gobernabilidad humanitaria. Esta situación se ha reflejado en la vulnerabilidad de familias, menores no acompañados y mujeres con menores, marcada por la inseguridad, vulnerabilidad de derechos humanos y concentraciones en comunidades fronterizas mexicanas (Gil-Everaert, Masferrer & Chávez, 2023). Este contexto se vincula con la mayor movilidad registrada -cerca de siete millones de encuentros- en la historia de las relaciones fronterizas en América del Norte (Secretaría de Relaciones Exteriores, 21 de octubre de 2023). Ante ello, es fundamental gestionar una gobernanza humanitaria multidimensional, multiactoral y multinivel, que atienda tanto las movilidades humanas irregulares como las documentadas.

La frontera entre Tijuana y San Diego destaca como epicentro tanto de la migración irregular como de la documentada. Se plantea la cuestión de cómo gestionar eficazmente ambas formas de migración bajo un enfoque de gobernanza humanitaria. Específicamente, la migración irregular puede generar tensiones en los puertos fronterizos, afectando potencialmente el cruce comercial de automóviles, personas y comercio, que en un día típico puede incluir alrededor de 60.000 personas en ambas direcciones en la frontera Tijuana-San Diego (USCBP, 14 de noviembre de 2023). La gestión de la migración irregular ha implicado la reubicación del personal de Aduanas y Protección Fronteriza tanto para el control fronterizo como para la tramitación administrativa de las solicitudes de inmigración, lo que ha repercutido en la eficiencia del cruce legal de la frontera.[5]  La colaboración entre México y Estados Unidos es crucial para hacer frente a la migración irregular, promoviendo la cooperación internacional, compartiendo responsabilidades y recursos para gestionar los flujos migratorios de manera más eficaz.

La gestión de la migración irregular y documentada en la frontera Tijuana-San Diego bajo un enfoque de gobernanza humanitaria requiere un equilibrio entre seguridad y humanidad. Es vital garantizar el acceso a procesos y servicios legales para los migrantes documentados, al tiempo que se aborda la migración irregular respetando los derechos humanos (Solano & Massey, 2022). Un enfoque coordinado y sensible a la situación de los migrantes puede dar lugar a una gestión de la migración más eficaz y humana en esta región fronteriza.

Los migrantes que llegan a esta región fronteriza se enfrentan a numerosos retos y obstáculos para acceder a políticas con un enfoque de gobernanza humanitaria.[6]  Entre los principales problemas se encuentran las limitaciones en el acceso a la protección y el asilo, ya sea por la complejidad de los procesos, las restricciones en las políticas migratorias o la falta de información sobre sus derechos.

La compleja dinámica de la migración a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, marcada por la necesidad de equilibrar la seguridad con la humanidad, se complica aún más por los múltiples retos a los que se enfrentan los migrantes a lo largo de su viaje y durante su estancia en las zonas fronterizas. Estos retos no sólo reflejan las dificultades inherentes a la migración irregular, sino que también ponen de manifiesto las deficiencias de las políticas y prácticas de gobernanza humanitaria existentes. Entre los problemas más acuciantes se encuentran:

 

·                    Acceso limitado a la protección y el asilo: los migrantes se enfrentan a dificultades para acceder a los procedimientos de asilo y protección, ya sea por la complejidad del proceso, las restricciones impuestas por las políticas migratorias o la falta de información sobre sus derechos.[7]

·                    Condiciones inseguras y riesgos para la salud: durante su viaje y mientras esperan la resolución de sus procesos migratorios, los migrantes están expuestos a importantes riesgos para su salud y a condiciones precarias en los albergues o campamentos improvisados. La falta de acceso a una atención médica adecuada puede agravar los problemas de salud preexistentes[8] o provocar la aparición de nuevas enfermedades (Oficina de Washington para América Latina, 2020). Además, los migrantes, especialmente las mujeres, los niños y las personas en situación de vulnerabilidad, corren un alto riesgo de ser víctimas de violencia, abusos, explotación y trata de seres humanos durante su viaje migratorio (Solano, P., & Massey, 2022). Incluso las condiciones de ciertos centros de acogida pueden exponerles a riesgos adicionales.

·                    Detención y separación familiar: las políticas de inmigración se traducen a menudo en la detención de migrantes, incluidos menores. Estas prácticas pueden conducir a la separación familiar, generando considerables impactos emocionales y psicológicos.[9]

·                    Barreras lingüísticas y culturales: además, los inmigrantes se enfrentan a importantes barreras debido a la falta de acceso a servicios en su idioma o a prácticas culturales que no se comprenden o respetan, lo que puede dificultar su integración o el acceso a los recursos necesarios.[10]

·                    Vulnerabilidad a la explotación laboral: la explotación laboral es otro reto crítico para muchos migrantes, quienes, debido a su precaria situación migratoria, se encuentran en una posición vulnerable frente a los empleadores[11] que pueden no respetar sus derechos laborales (Solano & Massey, 2022).

·                    Limitaciones a la movilidad y acceso a recursos legales: asimismo, las restricciones a la movilidad y la falta de acceso a recursos legales o asesoramiento[12] limitan la capacidad de los inmigrantes para buscar protección o recurrir decisiones adversas en sus casos de inmigración (Gil-Everaert, I., Masferrer & Chávez, 2023, p. 137).

 

El panorama actual en la frontera entre Estados Unidos y México muestra una discrepancia significativa con los principios fundamentales de la gobernanza humanitaria, que incluyen la humanidad, la imparcialidad y el respeto de los derechos humanos. La aplicación de estos principios en las políticas migratorias debería repercutir en la protección integral de los migrantes, independientemente de su situación legal y en el abordaje de las causas profundas de la migración (Betts et al., 2017). Sin embargo, este enfoque humanitario se enfrenta a limitaciones en su aplicación universal dentro de la red migratoria. Los traficantes de personas y otros actores ilícitos perpetúan actos de violencia contra los migrantes en diferentes etapas de su viaje hacia México o Estados Unidos, lo que representa un reto importante para la gobernanza humanitaria en la región.

Esta sección del artículo destaca la intensa movilidad humana a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos durante la administración Biden, con un total de 6.830.287 millones de encuentros de migrantes irregulares registrados por la USCBP desde enero de 2021 hasta octubre de 2023. El análisis muestra que la mayoría de las deportaciones se han concentrado en el suroeste de la frontera, especialmente en ciudades como El Paso, San Diego, Yuma, Tucson y Calexico, debido a políticas migratorias menos restrictivas en comparación con la frontera este de Estados Unidos.

Esta alta movilidad humana y la variabilidad en los flujos migratorios han agudizado la crisis humanitaria en las ciudades fronterizas del norte de México. La situación ha generado importantes demandas de vivienda, alimentación y salud, incrementando la vulnerabilidad a la violencia, la exclusión y la trata de personas. Estos retos requieren una gestión eficaz de la gobernanza humanitaria que aborde tanto la movilidad humana irregular como la documentada, con un enfoque en la protección integral de los migrantes y en las causas profundas de la migración.  

El impacto de las políticas migratorias en la frontera Cali-Baja evidencia la complejidad y el desafío de gestionar una crisis humanitaria de gran magnitud. A pesar de los esfuerzos de la administración Biden por implementar políticas que flexibilicen ciertas restricciones, la creciente movilidad humana sigue superando la capacidad de respuesta de las infraestructuras fronterizas y de los actores humanitarios involucrados. La concentración de flujos migratorios en la frontera suroeste, especialmente en ciudades como Tijuana y San Diego, expone a los migrantes a condiciones de vulnerabilidad extrema, incluyendo el riesgo de explotación laboral, la falta de acceso a servicios básicos y la exposición a violencia y trata de personas. La situación resalta una desconexión entre las políticas de control migratorio y los principios de la gobernanza humanitaria, que deberían centrarse en la protección de los derechos humanos y en la mitigación de las causas profundas de la migración

Esta realidad pone en entredicho la eficacia de un sistema migratorio que, en lugar de ofrecer vías seguras y estructuradas, empuja a miles de personas a rutas peligrosas y condiciones inhumanas. Las políticas restrictivas, aunque buscan regular los flujos migratorios, terminan acentuando las disparidades y la exclusión, creando un ambiente en el que los migrantes se ven obligados a recurrir a medios informales y, a menudo, ilegales para cruzar la frontera. Esta situación no solo aumenta la carga sobre las comunidades fronterizas, sino que también muestra la necesidad de un enfoque multilateral más colaborativo entre México y Estados Unidos, donde ambos países compartan responsabilidades y recursos en pro de una respuesta humanitaria que esté a la altura de la crisis. 

 

Gobernanza humanitaria en acción: respuestas a la crisis migratoria en la región de Cali-Baja

 

La región de Cali-Baja enfrenta un alto volumen de movilidad humana, con millones de encuentros de migrantes irregulares registrados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (USCBP) desde enero de 2021 hasta octubre de 2023, durante la administración del presidente Biden. La mayoría de las deportaciones se concentran en el suroeste de la frontera, particularmente en ciudades como El Paso, San Diego, Yuma, Tucson y Calexico, debido a políticas migratorias relativamente más flexibles en comparación con la frontera este, donde se implementan controles más estrictos.

El cruce Tijuana-San Diego registró 29.904 aprehensiones en octubre de 2023, posicionándose como uno de los puntos con mayor actividad en la frontera suroeste, con un incremento significativo en comparación al año anterior. Este aumento refleja una tendencia de intensificación en los flujos migratorios en esta región, comparable al alza observada en Tucson, Arizona.   

Los programas de visas humanitarias, de trabajo, asilo y reunificación familiar implementados por el gobierno de Estados Unidos han influido significativamente en la movilidad migratoria regional. Iniciativas como el Estatus de Protección Temporal para más de 472.000 venezolanos representan un enfoque más humanitario y estructurado para gestionar los flujos migratorios, contrastando con políticas restrictivas de administraciones previas.

La gestión de la crisis humanitaria en la frontera Tijuana-San Diego enfrenta desafíos significativos debido a la limitada capacidad de recepción y recursos. La alta afluencia de migrantes ejerce presión sobre albergues, servicios médicos y provisiones básicas, dificultando la garantía de condiciones dignas. En este contexto, las organizaciones de la sociedad civil han desempeñado un papel crucial, logrando una gestión relativamente efectiva y colaborando con autoridades locales y estatales, aunque bajo ciertas restricciones (Cota, 2022). (Ver Tabla 1).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tabla 1

Aspectos de la gobernanza humanitaria en Tijuana, BC.

 

GOBERNANZA

TENDENCIA

Cooperación interinstitucional

Mediana

Coordinación multiactores

Mediana

Colaboración transfronteriza

Alta

Agenda multinivel

Mediana

Apoyo (alimentos, ropa)

Alta

Apoyo a los refugios

Alta

Asesoramiento jurídico

Mediana

Sanidad

Baja

Agenda de derechos

Mediana

Apoyo a la comunicación

Alta

Iniciativas de innovación

Baja

Adaptabilidad de los entornos

Mediana

Elaboración propia basada en Betts (2011).

 

La coordinación entre los actores humanitarios, incluidas las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y las agencias internacionales, es fundamental para abordar eficazmente la crisis migratoria.[13] Sin embargo, esta coordinación se ve a menudo obstaculizada por problemas logísticos, burocráticos y de comunicación, lo que dificulta una respuesta humanitaria unificada y ágil (Solano & Massey, 2022). La ausencia de un liderazgo claro entre las organizaciones sociales conduce a acciones independientes y a una cooperación interinstitucional relativamente limitada.[14] El gobierno local de Tijuana genera ciertas acciones de colaboración,[15] pero no ha asumido un papel central, debido a la falta de recursos financieros y a que el problema migratorio es un asunto federal, aunado a la presencia del crimen organizado en el control migratorio.

La protección de los grupos vulnerables, como mujeres, niños y personas con necesidades médicas especiales, es uno de los aspectos más alarmantes de la crisis en la frontera Tijuana-San Diego. Estos grupos enfrentan no solo la precariedad de los centros de acogida, sino también una exposición constante a riesgos de explotación y trata de personas, lo que evidencia las profundas fallas estructurales en la respuesta humanitaria. A pesar de los esfuerzos de organizaciones sociales locales y estadounidenses, cuyo trabajo resulta esencial para mitigar los efectos de esta crisis, su capacidad de acción se ve limitada por la falta de recursos y de una coordinación efectiva entre las autoridades. Esta situación no solo refleja la carencia de un enfoque integrado de protección, sino también la necesidad urgente de revisar las políticas migratorias y de asistencia para garantizar que los derechos de estos grupos vulnerables no queden a merced de una respuesta humanitaria fragmentada e insuficiente (FitzGerald & Arar, 2018). Las organizaciones sociales, tanto locales como estadounidenses, desempeñan un papel crucial en la ciudad de Tijuana,[16] proporcionando un apoyo esencial a estos grupos vulnerables.[17]

El apoyo psicosocial y la salud mental son fundamentales para muchos migrantes que han sufrido traumas durante su viaje. Sin embargo, la capacidad para prestar estos servicios de forma eficaz es limitada, lo que repercute negativamente en la salud emocional y mental de los migrantes (Rauhut y Laine, 2023). La urgencia de la migración a Estados Unidos a menudo margina la atención a estos problemas, agravados por la pandemia y los retos crónicos a los que se enfrentan los grupos vulnerables.[18]

Las políticas migratorias y la retórica política tienen un impacto significativo en la respuesta humanitaria. Los cambios en las políticas migratorias, la falta de claridad en los procesos de asilo y la incertidumbre en las decisiones gubernamentales pueden agravar la crisis y dificultar la gestión ordenada de los flujos migratorios (Pincock, Betts y Easton-Calabria, 2021). No obstante, la aplicación móvil CBPOne ha facilitado el cruce ordenado y seguro de más de 70.000 migrantes como solicitantes de asilo desde la frontera de Tijuana a Estados Unidos desde enero de 2023.[19]

Los retos transfronterizos y la cooperación internacional son cruciales para una respuesta humanitaria coherente y eficaz.[20]  Las diferencias de enfoques y políticas entre México y Estados Unidos, junto con la creciente influencia del crimen organizado, pueden obstaculizar esta cooperación (Faret, Téllez & Rodríguez-Tapia, 2021). Sin embargo, la participación de organizaciones sociales de San Diego en labores humanitarias es un ejemplo de prácticas transfronterizas comunes y eficaces.[21]

La relación entre la gobernanza humanitaria y los refugios para migrantes en la frontera es compleja y abarca consideraciones éticas, jurídicas y humanitarias (Betts, 2011). Los albergues enfrentan retos en términos de capacidad, calidad de vida, salud, seguridad y respeto a los derechos humanos. En Baja California, la colaboración entre el gobierno y los albergues varía y, en muchos casos, las organizaciones de la sociedad civil asumen el liderazgo en su gestión, aunque con un apoyo gubernamental limitado.[22] Esta situación se observa particularmente en Tijuana, donde algunos grupos criminales controlan la movilidad humana[23] (EFE, 14 de septiembre de 2023).

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) desempeñan papeles clave en la promoción de la gobernanza de la migración humanitaria.[24] Estas organizaciones no solo prestan asistencia directa a los migrantes,[25]  sino que también refuerzan las políticas y defienden los derechos humanos, enfrentándose al reto de integrar sus propuestas en un modelo de gobernanza humanitaria eficaz y coordinado (Betts et al., 2017).

Esta sección enfatiza la intensa movilidad humana en la frontera entre Estados Unidos y México, especialmente en la región de Tijuana-San Diego, donde los altos registros de encuentros con migrantes irregulares durante el mandato de Biden reflejan la creciente complejidad y los desafíos persistentes para una gobernanza humanitaria eficaz. Este fenómeno subraya la necesidad de un enfoque de gestión integral que responda a las realidades cambiantes de la migración en esta región y garantice la protección de los derechos humanos en un contexto de detenciones crecientes y respuestas fragmentadas.[26] La política migratoria de Biden, con su enfoque en visados humanitarios y programas de asilo, representa un cambio significativo respecto a la administración anterior y ha tenido un impacto profundo en la movilidad migratoria en la región. Sin embargo, esta política también enfrenta críticas por no abordar plenamente las causas estructurales de la migración, lo que limita su efectividad a largo plazo y plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de una respuesta que sigue siendo, en gran medida, reactiva.

Uno de los principales desafíos de la gobernanza humanitaria en la frontera Tijuana-San Diego es la gestión de una crisis que desborda la capacidad de acogida y los recursos disponibles.[27] Las organizaciones de la sociedad civil han asumido un rol crucial en la respuesta, pero sus esfuerzos se ven limitados por la falta de coordinación efectiva entre múltiples actores y por visiones fragmentadas sobre los problemas y estrategias de intervención. Esta situación refleja no solo la urgencia de una respuesta humanitaria más cohesiva, sino también la necesidad de un marco de gobernanza que priorice la protección de los derechos humanos sin sacrificar la seguridad fronteriza. La cooperación internacional, basada en la confianza y el compromiso mutuo, es esencial para que las respuestas no sean meramente reactivas, sino parte de una estrategia sostenible que aborde tanto las causas como las consecuencias de la migración.[28]

El análisis de las dinámicas migratorias en la frontera México-Estados Unidos revela la creciente movilidad humana y los problemas humanitarios resultantes en la región, particularmente en Tijuana-San Diego. Esta situación, marcada por un importante volumen de detenciones, refleja la importancia de una gobernanza humanitaria eficaz que pueda coordinar eficientemente las acciones de los diferentes actores involucrados en la gestión de la movilidad humana irregular, superando las barreras de comunicación y desconfianza entre organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

En conclusión, la gobernanza humanitaria es esencial para garantizar que la migración en la frontera entre EE. UU. y México se gestione de forma que respete los derechos y la dignidad de los migrantes, abordando las complejas realidades de la migración en todas sus fases.

 

Consideraciones finales

 

Este estudio ha explorado las dinámicas migratorias en la región fronteriza Cali-Baja, enfatizando el contexto de Tijuana-San Diego, donde se observa un flujo migratorio sin precedentes impulsado por diversos factores socioeconómicos y políticos en América Latina. Las políticas de inmigración de la administración de Biden, incluyendo programas humanitarios y el Estatus de Protección Temporal, han afectado significativamente estos flujos. Sin embargo, este enfoque ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de los actores humanitarios y gubernamentales de la región, desbordando los recursos disponibles y evidenciando una falta de cohesión en la gobernanza humanitaria.

Los hallazgos destacan que la gobernanza humanitaria enfrenta importantes obstáculos debido a la limitada capacidad de infraestructura para la atención de migrantes y a la fragmentación en la coordinación entre actores. La red de albergues en Tijuana no logra satisfacer las necesidades de una población migrante en constante crecimiento, lo que crea una dependencia en organizaciones de la sociedad civil, a menudo carentes de recursos suficientes. Esta situación subraya la importancia de mejorar la cooperación para establecer una infraestructura adecuada y una respuesta coordinada.

La falta de un liderazgo claro entre los distintos actores de la región, sumado a una agenda de derechos compartida, ha limitado la efectividad de la respuesta humanitaria. Los roles difusos de las instituciones locales, estatales y federales crean una incertidumbre que repercute en la implementación de políticas de protección. La fragmentación y la falta de consenso sobre los derechos humanos en la región reflejan la necesidad de una estructura de gobernanza que permita una respuesta eficaz a la crisis migratoria.

El estudio revela que la pandemia exacerbó las limitaciones preexistentes en la infraestructura humanitaria, incrementando la demanda en los albergues y dificultando el acceso a servicios básicos y de salud para los migrantes. Esto evidencia la vulnerabilidad de los sistemas de apoyo y la necesidad de una planificación a largo plazo que no solo responda a las emergencias inmediatas, sino que también considere las necesidades de recuperación y fortalecimiento estructural.

La investigación ha puesto en evidencia la insuficiente atención a grupos vulnerables, como mujeres, niños y personas LGBTQ+, quienes enfrentan un mayor riesgo de explotación y violencia en la frontera. Los esfuerzos humanitarios actuales no logran proporcionar la protección necesaria debido a una falta de recursos y a una estructura de gobernanza que no prioriza suficientemente estos grupos. Esto recalca la importancia de diseñar políticas específicas que protejan a los migrantes vulnerables y aseguren su acceso a una atención integral.

El estudio destaca cómo la concentración en la seguridad fronteriza a menudo limita la aplicación de principios humanitarios, afectando negativamente la calidad de la respuesta humanitaria. La implementación de políticas de control restrictivas obliga a los migrantes a tomar rutas más peligrosas, exponiéndolos a riesgos adicionales. Esta situación sugiere la necesidad de un enfoque equilibrado entre la seguridad y el respeto por los derechos humanos que permita una respuesta humanitaria sostenible.

Las políticas migratorias de Estados Unidos, centradas en visados humanitarios y programas de asilo, han contribuido a un aumento en la movilidad en la frontera Tijuana-San Diego, creando un escenario de alta presión para los recursos de ambos lados. Sin embargo, la falta de una estrategia que aborde las causas profundas de la migración limita la efectividad de estas políticas, destacando la importancia de un enfoque integral que considere factores estructurales en los países de origen.

Los hallazgos muestran que la colaboración entre actores mexicanos y estadounidenses en la región es crucial para gestionar los flujos migratorios de manera eficaz. Sin embargo, los enfoques divergentes entre ambas naciones en temas de seguridad y derechos humanos dificultan esta cooperación. Un marco de cooperación transfronterizo que promueva el respeto de los derechos humanos y establezca responsabilidades compartidas sería esencial para una gobernanza humanitaria eficaz.

Este estudio sugiere la creación de una agenda de derechos humanos compartida y un liderazgo centralizado que unifique los esfuerzos entre actores locales e internacionales. Además, subraya la necesidad de reforzar la infraestructura de albergues, mejorar el acceso a servicios médicos y psicosociales y garantizar que los migrantes vulnerables reciban una atención adecuada. Estas medidas contribuirían a construir un sistema de respuesta humanitaria más resiliente y sostenible.

Se recomienda profundizar en estudios que evalúen el impacto de las políticas migratorias actuales en la dinámica social y económica de las comunidades fronterizas. Investigaciones sobre modelos de gobernanza que integren necesidades humanitarias y seguridad nacional podrían ofrecer soluciones innovadoras para los desafíos de esta región. También se sugiere explorar formas de mejorar la colaboración entre gobiernos y organizaciones civiles, con el fin de fortalecer la protección de los derechos humanos y la calidad de vida de los migrantes en la frontera Tijuana-San Diego.

También es imperativo investigar las formas en que las organizaciones de la sociedad civil, como Espacio Migrante, pueden mejorar su colaboración con los gobiernos y otros organismos para reforzar la respuesta humanitaria y la protección de los migrantes. Un valioso campo de estudio sería el análisis de modelos de gobernanza humanitaria que integren eficazmente las necesidades de los migrantes con las políticas de seguridad nacional. Además, habría que estudiar los efectos a largo plazo de las actuales políticas migratorias en la estructura social y económica de las comunidades fronterizas, así como en la calidad de vida de los migrantes y solicitantes de asilo. Por último, es crucial estudiar formas de fomentar una agenda de derechos humanos más cohesionada y compartida entre todos los actores implicados en la gobernanza humanitaria. Estos estudios no sólo contribuirán al conocimiento académico, sino que también proporcionarán orientaciones prácticas para unas políticas migratorias más justas y humanas.

 

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Recepción: 26/12/2023

Evaluado: 24/06/2024

Versión Final: 09/07/2024



(*) Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por el Instituto Universitario y de Investigación José Ortega y Gasset (Madrid, España), Profesor – Investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública en El Colegio de la Frontera Norte (COLEF). Correo: ramosjm@colef.mx. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6440-6470

(**) Doctor en Desarrollo Global por la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California (Tijuana, México), Investigador Posdoctoral por México CONAHCYT en El Colegio de la Frontera Norte (COLEF). Correo: jramos.postdoctoral@colef.mx. ORCID:  https://orcid.org/0000-0002-8809-6822

 

 

[1] Este artículo presenta los avances preliminares del proyecto de investigación CONAHCYT COLEF-CIAD, apoyado por FORDECYT-PRONACES, titulado: "La reconfiguración y nuevas funciones de las fronteras del siglo XXI: entre integración/desintegración, desfronterización/reborderización y cooperación/conflicto", Convocatoria Ciencia de Frontera 2019, México.

 

[2] Intervención, David Pérez-Tejada, Comisionado del Instituto de Migración en el estado de Baja California. Taller de Trabajo: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, El Colegio de la Frontera Norte, 23 de noviembre de 2023.

[3] Entrevista con David Pérez-Tejada, ex Director de Asuntos Binacionales, Gobierno del Estado de Baja California, Tijuana, BC, 21 de junio de 2022.

[4] Intervención, Enrique Lucero, Director Municipal de Atención a Migrantes, Ayuntamiento de Tijuana. Taller de Trabajo: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, El Colegio de la Frontera Norte, 23 de noviembre de 2023.

[5] Entrevista con David Pérez-Tejada, ex Director de Asuntos Binacionales, Gobierno del Estado de Baja California, Tijuana, BC, 21 de junio de 2022.

[6] Entrevista con Paulina Olvera Cáñez, Directora Espacio Migrante, Tijuana, BC, 20 de junio de 2022.

[7] Intervención, Enrique Lucero, Director Municipal de Atención a Migrantes, Ayuntamiento de Tijuana. Taller de Trabajo: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[8] Entrevista con Paulina Olvera Cáñez, Directora Espacio Migrante, Tijuana, BC, 20 de junio de 2022.

[9] Intervención, David Pérez-Tejada, Comisionado del Instituto de Migración en el estado de Baja California. Taller de Trabajo: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[10] Intervención, Enrique Lucero, Director Municipal de Atención a Migrantes, Ayuntamiento de Tijuana. Taller de Trabajo: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[11] Entrevista con Paulina Olvera Cáñez, Directora Espacio Migrante, Tijuana, BC, 20 de junio de 2022.

[12] Entrevista con Paulina Olvera Cáñez, Directora Espacio Migrante, Tijuana, BC, 20 de junio de 2022.

[13] Intervención, David Pérez-Tejada, Comisionado del Instituto de Migración en el estado de Baja California, Taller: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[14] Entrevista con Paulina Olvera Cáñez, Directora Espacio Migrante, Tijuana, BC, 20 de junio de 2022.

[15] Intervención, Enrique Lucero, Director Municipal de Atención a Migrantes, Ayuntamiento de Tijuana. Taller de Trabajo: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[16] Espacio Migrante considera que se debe buscar la mejor atención para los migrantes que llegan a la ciudad, como lo hicieron con los mexicanos deportados, los haitianos, posteriormente con los africanos y ahora con los centroamericanos, generando siempre una comunión entre todos. Entrevista con Paulina Olvera Cáñez, Directora de Espacio Migrante, Tijuana, BC, 20 de junio de 2022.

[17] Intervención, José Luis Pérez Canchola, Ex Director de Atención a Migrantes en Tijuana, Taller: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[18] Participación, José Guadalupe Bustamante, Hospital de Salud Mental de Tijuana, Taller: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[19] Intervención, David Pérez-Tejada, Comisionado del Instituto de Migración en el estado de Baja California, Taller: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[20] Uno de los efectos de la alta movilidad humana en la frontera Tijuana-San Diego es el cierre temporal del cruce fronterizo Pedwest en San Ysidro, California, a partir del 9 de diciembre de 2023. Con esta medida, Aduanas y Protección Fronteriza reorientará a su personal para procesar a los migrantes de manera expedita y segura.

[21] Intervención, Enrique Lucero, Director Municipal de Atención a Migrantes, Ayuntamiento de Tijuana. Taller de Trabajo: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[22] Por ejemplo, Espacio Migrante, opera a través de donaciones realizadas por fundaciones como Save The Children, Global Fund for Children, San Diego County Workers Union, San Diego Cleaning Workers, escuelas y universidades, Entrevista con Paulina Olvera Cáñez, Directora Espacio Migrante, Tijuana, BC, 20 de junio de 2022.

[23] Intervención, David Pérez-Tejada, Comisionado del Instituto de Migración en el estado de Baja California, Taller: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[24] Entrevista con Paulina Olvera Cáñez, Directora Espacio Migrante, Tijuana, BC, 20 de junio de 2022.

[25] Entrevista con David Pérez-Tejada, ex Director de Asuntos Binacionales, Gobierno del Estado de Baja California, Tijuana, BC, 21 de junio de 2022.

[26] Intervención, Melba A. Olvera Rodríguez, Subsecretaria de Derechos Humanos del Gobierno de Baja California, Taller: Visión, Retos y Propuestas para la Región Transfronteriza Cali-Baja, Grupo de Trabajo Estratégico para la Región Cali-Baja, 23 de noviembre de 2023.

[27] Entrevista con Paulina Olvera Cáñez, Directora Espacio Migrante, Tijuana, BC, 20 de junio de 2022.

[28] Entrevista con Paulina Olvera Cáñez, Directora Espacio Migrante, Tijuana, BC, 20 de junio de 2022.